AUDIOTECA EN LÍNEA

sábado, 29 de diciembre de 2018

ES CIERTO, MARÍA ESTELA MARTÍNEZ DE PERÓN FIRMÓ UN DECRETO SECRETO EL 05-02-1975 AUTORIZANDO EL "OPERATIVO INDEPENDENCIA" EN TUCUMÁN PERO...

EL 05-08-1975 LOS TRES DECRETOS DE ANIQUILAMIENTO DE LA SUBVERSIÓN LLEVARON LAS FIRMAS DE: ITALO ARGENTINO LUDER, ARAUZ CASTEX, VOTTERO, CARLOS ROUCKAUF, EMERY, ANTONIO CAFIERO Y ROBLEDO.
¿TODOS ELLOS ERAN IGNORANTES, ESTÚPIDOS...O CRIMINALES?.
LA TRIPLE A ESTABA EN SU APOGEO CUANDO LOS TRES DECRETOS PARA EXTERMINAR LA SUBVERSIÓN FUERON FIRMADOS POR TODO EL GABINETE Y RATIFICADOS POR EL CONGRESO DE LA NACIÓN ARGENTINA, EL 29 DE OCTUBRE DE 1975.--
Nadie dijo nada y los decretos quedaron aprobados por todo el Gabinete. El primero de ellos, el número 2770, creaba dos Consejos:* El Consejo de Seguridad Interna, encabezado por el Presidente e integrado por los ministros y los tres jefes militares para dirigir “los esfuerzos para la lucha contra la subversión”.

* El Consejo de Defensa, presidido por el ministro de Defensa e integrado por los jefes del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, que era el que más le interesaba a los militares por sus funciones: “conducir la lucha contra todos los aspectos y acciones de la subversión”; “planear y conducir el empleo de las Fuerzas Armadas, fuerzas de seguridad y fuerzas policiales”; “coordinar con las autoridades nacionales, provinciales y municipales la ejecución de medidas de interés”; y “asesorar al Presidente”.

El decreto 2771 disponía que el ministerio del Interior firmara convenios con los gobernadores para que la policía y el servicio penitenciario de cada provincia quedaran bajo control del Consejo de Defensa. Esos acuerdos fueron rubricados al día siguiente. El secretario Técnico de la Presidencia, Julio González, asegura que el gobernador de La Rioja, Carlos Menem, “tomó presuroso la palabra y dijo: ‘Yo quiero tener la satisfacción de ser el primero en firmar el acta’. Y lo hizo”.

Por último, el decreto 2772 ordenó a las Fuerzas Armadas, “bajo el Comando Superior del Presidente de la Nación, que será ejercido a través del Consejo de Defensa”, la ejecución de “las operaciones militares y de seguridad que sean necesarias a efectos de aniquilar el accionar de los elementos subversivos en todo el territorio del país”.

El martes 7 de octubre, el embajador estadounidense Robert Hill informó a su gobierno en un cable reservado que “luego de casi dieciocho meses de respaldos y rellenos no concluyentes, el gobierno finalmente estableció un enfoque unificado para manejar el problema subversivo”. Tres días después, en otro cable reservado, Hill analizó el decreto 2772 y concluyó: “Las Fuerzas Armadas tienen ahora la autoridad que han buscado durante mucho tiempo para asumir la lucha contra los terroristas, la cual hasta este momento ha sido en gran medida manejada (o mal manejada) por la Policía Federal”.

Encandilado por la urgencia política de terminar con el desafío de los grupos armados que le disputaban “el monopolio de la violencia legítima” y lo ponían en jaque, el gobierno peronista no quiso, no supo o, simplemente, no pudo controlar que los militares lucharan contra la guerrilla dentro del estado de derecho, que seguía vigente.

Luder se basó en el Decreto Nº 261, secreto, del 5 de febrero de aquel año, firmado por Isabel y sus ministros, que había delegado en las Fuerzas Armadas la lucha contra la guerrilla en Tucumán, donde el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), trotskista, quería crear una “zona liberada”.

Carlos Ruckauf era el ministro de Trabajo y es uno de los pocos sobrevivientes de aquel Gabinete, junto con Antonio Cafiero: “Luder dijo que había que ampliar el área de influencia de las Fuerzas Armadas a todo el país y que iban a enviarse esos decretos de inmediato al Congreso, y que se iban a mandar, además, dos proyectos de ley que explicaban la forma de aplicar los decretos y el mecanismo de control que iba a haber por parte del poder político sobre las fuerzas militares, que obviamente nunca se ejecutó: los tipos hacían lo que querían e inclusive detenían a compañeros nuestros y no sabíamos qué pasaba”, explicó.

Los tres decretos fueron ratificados por el Congreso el 29 de octubre.